En la entrada anterior decíamos que la empresa pública no puede ser eficiente porque no tiene los incentivos para serlo. No tiene la presión de dar un buen servicio a sus clientes porque su existencia no depende de generar ganancias y reinvertir para mejorar sino que su existencia depende de que el Estado use el presupuesto para "recapitalizarla" y que en el momento que esto deje de suceder sucede que la empresa se vuelve una basura, como todo lo público. Ahora bien ¿Qué tal si los que administran las empresas son ángeles que están por encima del bien y del mal? En ese caso uno tendería a pensar que como son perfectos no necesitan los incentivos mundanos que necesitamos los humanos para que las cosas funciones bien. En ese caso ¿Funcionaría la empresa pública? Pues sorpréndase, porque no. Ni siquiera los ángeles podrían llevar la empresa pública a buen puerto. Veamos: ¿Qué es el capital? El capital no es más que el valor monetario a precios de mercado de todos los activos empresariales. Los bienes de capital son esos activos empresariales con los que pretendemos sacar un lucro (o generar una actividad en caso de las instituciones sin fines de lucro). Nótese que un mismo objeto puede ser un bien de capital o no dependiendo de cómo lo usemos: Por ejemplo un vehículo que usted se compró pasar salir a pasear con su novia no es un bien de capital, es un bien de consumo. Pero ese mismo vehículo, en manos de un taxista, es un bien de capital. El capital con que cuenta ese taxista es el valor monetario a precios de mercado de ese vehículo. Esa palabrita "a precios de mercado" es la que da la vuelta de tuerca. Para el máximo aprovechamiento del capital primero tenemos que poder estimarlo y de esa forma utilizarlo en aquellas actividades que puedan generar un resultado más óptimo y esa estimación sólo puede hacerse donde hay precios de mercado. Esto es, donde la iniciativa individual sea la que prime: Quien acierta tiene éxito y quien se equivoca va a la quiebra. El problema es que el Estado, como no tiene competencia (y por lo tanto tampoco precios de mercado) no puede estimar cuál es su capital y de esa manera no puede tener idea de qué debe producir para obtener qué resultados. A lo único que pueden aspirar es que tirar cañonazos a un mar oscuro con la esperanza de darle a algo, lo que sea. Y luego que logre impactar algo no sabrá qué hacer con el resultado. Y aquí va un ejemplo que me encanta: Cuba. Ese paraíso socialista donde todo el mundo quiere irse y donde hay que obligar a la gente a quedarse dentro. En cuba hay bienes de capital: edificios, camiones, tractores, herramientas, computadoras, etc pero: ¿Hay capital en Cuba? claro que no. Porque no hay precios de mercado! Por lo cual no hay estimación posible. ¿Cómo sabe el líder de la revolución si es más eficiente producir papas que yucas? ¿Cómo sabe si los factores deben utilizarse para fabricar ladrillos o tractores? Simplemente no lo sabe y procede a inventarse disparates mediante su imaginación sale y el resultado todos los conocemos: miseria y pobreza. Esa es la razón por la cual el socialismo es un fracaso. Por la imposibilidad del cálculo económico. Y, extrapolando el ejemplo es la razón por la cual las empresas estatales siempre van a ser un disparate. La razón por la cual en países ricos como Suiza o Estados Unidos algunas instituciones estatales parece que funcionan es porque esas instituciones apenas son islitas de socialismo en todo un oceáno de capitalismo y la riqueza dá para tanto que se pueden mantener esa instituciones sin que parezca que se afecte demasiado a todo lo otro. Aunque eso hay que verlo: porque qué gran trabajo han hecho los bancos centrales (instituciones estatales por cierto) para crear esta crisis que casi se lleva a medio mundo. ¿Y cuál es ese sistema que permite que se puede estimar el capital? CAPITALISMO! Unico sistema que en las condiciones actuales del mundo puede producir riquezas. Eso sí, el dia que los recursos sean infinitos, podremos hablar de otro sistema. |
Blog >